El día de hoy el Pleno de la Cámara
de Diputados aprobó en sus términos una minuta del Senado que prohíbe el
uso de ejemplares de vida silvestre en circos de todo el país, con
multas de hasta tres millones 364 mil pesos a quien viole la legislación
y la turnó al Ejecutivo para su promulgación.
El
documento, que reforma y adiciona diversas disposiciones de las Leyes
Generales del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, y de
Vida Silvestre, fue aprobado con 267 votos a favor, 76 en contra y 40
abstenciones.
La minuta, que deriva de dos iniciativas
presentada por el senador Jorge Emilio González Martínez (PVEM), en
marzo pasado, establece en el artículo 78 de la Ley General de Vida
Silvestre la prohibición para que los circos usen ejemplares de vida
silvestre en sus espectáculos.
Asimismo, se adiciona una
fracción XXIV al artículo 122, para considerar como infracción la
realización de actos que contravengan las disposiciones de conservación
de vida silvestre fuera de su hábitat natural establecidas en la ley.
En
el artículo 127 se plantea que quien cometa dicha infracción se hará
acreedor a una multa de 50 a 50 mil veces el salario mínimo, lo que
equivale actualmente a entre tres mil 364 pesos y hasta tres millones
364 mil pesos.
Se modifica también el artículo 87 Bis 2 de
la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente,
para agregar a las facultades del gobierno federal el expedir y vigilar
el cumplimiento de las normas oficiales que determinen los principios
básicos del trato digno y respetuoso a los animales, incluyendo su
entrenamiento.
En el documento se explica que diversos
estudios científicos han determinado que los animales sufren física y
psicológicamente como consecuencia de la vida en los circos, pues son
privados de su desarrollo natural, y entrenados de manera abusiva y
cruel.
Señala que los circos no pueden proporcionar
algunas de las necesidades más básicas de bienestar a los animales, como
espacio y grupos sociales, y su cautiverio facilita la propagación de
enfermedades y representa un peligro para la integridad física de la
población.
Finalmente, considera que el uso de animales en
espectáculos circenses no proporciona ningún valor educativo a los
espectadores, ni cumple funciones de conservación de la fauna.